viernes, 28 de agosto de 2009

La Campana del “Lutine”.

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El día 19 de Enero de 1976, la campana del Lutine sonó por el superpetrolero BERGE ISTRA. veinte días después de su desaparición. La campana de la compañía aseguradora daba la señal de la desaparición definitiva del barco y su tripulación, excepto la de dos supervivientes. En esta ocasión sonó una sola vez y a continuación el campanillero mayor del Lloyd´s, el señor Alex Bernard se dirigió a los aseguradores exclamando:
- “Llamo la atención de ustedes para anunciar la noticia de hoy en la lista del Lloyd´s: El Berge Istra se ha hundido, después de tres explosiones”.
Lloyd´s es una de las compañías de seguros más famosa del mundo. Es costumbre desde el principio de esta compañía usar la campana Lutine cuando la compañía aseguradora anuncia acontecimientos importantes relacionados con su propia esfera mercantil.
En 1688 los armadores se reunían en el café de el señor Lloyd, situado en Tower Street, en los muelles de Londres. Mientras los armadores esperaban, se facilitaban informes y datos, se fletaban cargamentos y barcos, la cafetería se había convertido en un centro de negocios y su clientela estaba constituida principalmente por hombres relacionados con el mar, especialmente por mercaderes preparados para aceptar seguros de barcos y transportes de mercancías . El inteligente señor Lloyd se dio cuenta de que facilitando información a sus clientes permanecerían más tiempo en su negocio y vendería más café. Fue entonces cuando empezó con la ayuda de unos chavales a informar a sus clientes de la llegada de los barcos a los muelles. En 1720 el café es declarado centro oficial de seguros marítimos por el House of Parlament. En 1871 el Lloyd´s es reconocido como empresa, a través de aseguradores individuales y de sindicatos.
La Campana Lutine es sinónimo del Lloyd´s. Fue rescatada de un naufragio, asegurada por los aseguradores del Lloyd´s y posteriormente colgada en su sede de Royal Exchange. Se tocaba cuando llegaban noticias de barcos atrasados. Cada vez que un barco de carga se atrasaba, los aseguradores acudían a un “corredor” especializado para reasegurar una parte de su responsabilidad, basándose en la posibilidad de que el barco se transformara en una perdida total. Cuando se tenia información confiable, el sonido de la campana aseguraba que todos aquellos con un interés de riesgo tuvieran noticias simultáneamente.
Dos campanadas anuncian la celebración de buenas noticias, una sola campanada delatan malas noticias.
La campana tiene grabada el nombre de “St. JEAN – 1779” y se recuperó el 17 de julio de 1858. Su peso es 106 libras y tiene 17,5 pulgadas de diámetro. Perteneció a la fragata Lutine, un barco de guerra francés que se rindió a los británicos en Toulon, en 1793. Sigue siendo un misterio por qué el nombre de la campana no se corresponde con la de la nave. El Lutine se hundido en el Mar del Norte, cargado de lingotes de oro y plata y asegurado por Lloyd´s.
Durante la II Guerra Mundial, la propaganda nazi afirmó que la campana estaba sonado continuamente a causa de pérdidas de buques aliados durante la Batalla del Atlántico. Una vez,se tocó la campana, con un anillo, durante la guerra, cuando fue hundido el Bismarck.
El invierno de 1905 marcó un triste episodio en las navegaciones de los veleros por la ruta del cabo de Hornos: 53 veleros no lograron cruzarlo. Jamás se supo nada de ellos. Nunca se encontró rastro alguno de su tripulación. La campana del Lutine del Lloyds de Londres repicó 53 veces en sones de despedida final y como un homenaje póstumo a las tripulaciones de los veleros desaparecidos.
Actualmente doblan cuando un miembro de la familia real británica se muere y para conmemorar los desastres, tales como el 11S o el tsunami asiático, y los atentados de Londres.
Curioso también la existencia de un gran libro donde diariamente se anotan a mano los siniestros. A su lado reposa un libro gemelo abierto por la página del mismo día, pero de cien años antes. Se dice que la página mas consultada es la del 15 de abril de 1912, cuando a las 2,20 horas se hundió el Titanic.
fragatalutine Fragata Lutine

domingo, 16 de agosto de 2009

San Borondón, la isla misteriosa.

Se trata de una isla que aparece y desaparece. Fue mencionada y descrita, en el pasado, por distintos navegantes y personajes. Casi todos la sitúan entre el oeste-sudoeste de la isla de La Palma y el oeste-noroeste de la isla del Hierro.

Sanborondon1 mapa

Leonardo Torriani, ingeniero encargado por Felipe II para fortificar las Islas Canarias a finales del siglo XVI, describe sus dimensiones y localización y aporta como prueba de su existencia las arribadas fortuitas de algunos marinos a lo largo de ese siglo. Esta isla se localizaría al oeste del Archipiélago, a 550 km en dirección oeste-noroeste de El Hierro y a 220 km en dirección oeste-sudoeste de La Palma, aunque según otros «testigos» que dicen haberla visto, se sitúa directamente entre las islas de La Palma, La Gomera y El Hierro.

San Borondón mediría 480 km de largo (de norte a sur) y 155 km de ancho (de este a oeste), formando hacia el medio una considerable degollada o concavidad y elevándose por los lados en dos montañas muy eminentes, siendo la mayor de las cuales la de la parte septentrional.

Numerosas expediciones desde el siglo XV se han realizado por españoles y portugueses para encontrar la mítica isla. Cuando los navegantes intentaban aproximarse a ella, y se encontraban a la vista sus costas, montañas y valles, la isla era envuelta por la bruma y desaparecía completamente. El rumor y leyenda de esta isla misteriosa es, sin duda, posterior al descubrimiento y conquista de las Islas Canarias. Ha sido llamada «la Inaccesible», «la Nom Trubada», «la Encubierta», «la Perdida», «la Encantada» .

El nombre de San Borondón deriva directamente del de San Brandan de Clonfert, un monje irlandés del siglo VI que organizó un viaje por el Atlántico con fines evangélicos y piadosos, a la manera de los grandes predicadores católicos de la Irlanda medieval.

La travesía de San Brandan es toda una odisea mitológica. El viaje de San Brendano o Brandano a la Tierra Prometida de los Bienaventurados, las islas de la Felicidad y la Fortuna.

El y los clérigos que lo acompañaban vieron desde su embarcación la silueta de una ínsula, y como se acercaba la fecha de la Pascua decidieron aproximarse y anclar en ella la nave para celebrar los oficios preceptivos. Así lo hicieron, y cuando al día siguiente se disponían todos a comer la carne preparada en tierra firme, ésta dejó de serlo y comenzó a moverse dejando al descubierto su verdadera naturaleza: se trataba de un gran pez en cuyo lomo se había desarrollado la vegetación dándole la apariencia de una isleta. Más tarde, Dios le revelaría a San Brandan que se trataba de Jasconius, el primer pez que pobló los mares.

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El rumor de su existencia fue tal que cuando una nave se perdía en el océano y llegaba a una tierra sin identificar, sus marinos quedaban convencidos de que habían llegado a San Borondón

Ahora, ha dejado de ser un lugar de recalada de marinos perdidos y un refugio de piratas y prófugos, pero nunca ha perdido el misterioso encanto de su propia naturaleza.

Con frecuencia, y en especial después de las tempestades del Noroeste, en las playas de La Gomera y El Hierro, encuentran frutas, ramas y hasta árboles casi enteros desconocidos.

¿Vendrán de la Isla de San Borondón?