martes, 14 de julio de 2009

La Punta del Hidalgo y el Berge Istra.



El año pasado, en Septiembre, comencé a leer un libro titulado "La tragedia del Berge Istra" de José Delgado Díaz. Este libro cuenta la historia de dos canarios miembros de la tripulación del carguero noruego Berge Istra, que desapareció entre las islas Filipinas, en el mar de Las Molucas, concrétamente en el estrecho de Mindanao, el 30 de Diciembre de 1975.
Con treinta y dos tripulantes a bordo, doce canarios, de los cuales, sólo dos náufragos aparecieron con vida al cabo de veinte días, después de una terrible aventura en el mar. Los marineros Imeldo Barreto León y Epifanio Perdomo López, naturales de la isla de Tenerife, de Punta del Hidalgo y Taganana respectivamente.
Bien, durante varios días me adentré en la interesante lectura de dicho libro, con el interés añadido de que además, uno de los protagonistas de la historia era del pueblo donde yo vivo.
En poco tiempo lo terminé y justo al día siguiente de finalizar la lectura me ocurrió una anécdota muy "curiosa".
Regresando de un baño en el "puertito de pescadores" del pueblo, con Fernando, mi suegro; en ese mismo momento, entraba a puerto una pequeña embarcación tradicional, eran sobre las dos y media de la tarde, y ambos nos dirigíamos caminando sobre el estrecho muro rompeolas. A nuestros pies, la embarcación nos pasaba, llegando a tocar tierra antes de que nosotros bajáramos las escaleras del muro que nos llevan al puerto.

-¿Les ayudamos? les dijo mi suegro a los dos pescadores que acababan de pisar tierra y procedían a preparar los "parales" para varar la embarcación.
- Hombre Fernando, se agradece. Le contestó uno de ellos.
-¿Qué tal Imeldo?, ¿como estás, hombre? le volvió a decir mi suegro...... y...nos preparamos para ayudarles a subir la embarcación, uno por cada banda del barco.

La cara de uno de aquellos hombres me resultaba conocida, y al oír el nombre de Imeldo me quedé muy atento y sorprendido al mismo tiempo.
Aquel pescador que hablaba con mi suegro, de cara y gesto serio, se trataba de Imeldo, uno de los supervivientes del Berge Istra.
No me atreví a decir nada, yo era el más joven, sólo escuché la conversación y me limité a empujar el barco al mismo tiempo que observaba la cara de aquel hombre.

Al terminar la maniobra, nos agradecieron nuestra ayuda y nos despedimos de ellos.
Seguimos caminando en dirección al apartamento de mi suegro, situado a pocos metros del puerto, y no habían pasado unos minutos.....le pregunté.

-Fernando, ¿ese hombre es Imeldo, el del Berge Istra? y me contestó que si.

En ese momento, le conté a mi suegro algo sorprendido....que justo la noche anterior había terminado de leer un libro sobre el Berge Istra, que no conocía personalmente a Imeldo y que hoy, apenas unas horas más tarde...... he ayudado a subir un barco al protagonista de dicho libro!!

Mi suegro bastante sorprendido por la "casualidad", sonrió y me contó algunas cosas más sobre el suceso, uno de los episodios más dramáticos de la mar ocurridos en la década de los años setenta.



Enrique Castillo para su Bitácora, Julio de 2009.